08 julio 2006

Día 0 - ¿Por qué ir a Lisboa?

Antes de ir a Lisboa, tenía varias imágenes muy claras en mi mente: decadencia, la tristeza de un fado, una puesta de sol en la desembocadura del tajo... Y eso fue lo que me encontré: una ciudad que intenta resurgir, una capital que una vez dominó el mundo.

Cualquiera que me conozca sabrá que hay otro motivo: la gastronomía. Portugal es un país que vive por y para el mar, la leyenda dice que existe una receta de bacalao para cada día del año, y yo tenía que comprobarlo.

Además, no hay que olvidar que mantiene unas relaciones privilegiadas con las antiguas colonias (Brasil, Angola, Mozambique, Macao), por lo que la mezcla cultural es impresionante.

¿Y la historia de Portugal? ¿Por qué Portugal y España no forman una nación Ibérica? Durante los siglos XV, XVI y XVII, Portugal y España dominaron el mundo, se repartieron el globo: primero con el tratado de Alcazobas y después con el tratado de Tordesillas. El reinado de Felipe II lastró, de forma decisiva, tanto la economía de la península como de sus colonias, provocando a final del siglo XVII la independecia de Portugal y la de muchas de las colonias de ultramar. Después, la corona de Castilla pasó a los Borbones, mientras que Portugal estrechaba lazos con Inglaterra. Como dos hermanos que se han peleado, Potugal y España comparten una frontera de casi 1000 Km, con unas relaciones políticas y humanas casi inexistentes.... Una pena, desde mi punto de vista.

A pesar de la política, a pesar de las fronteras, no hay que olvidar que Portugal y España compartimos el origen celtíbero, la influencia del imperio romano, el visigodo y el musulman, y, sobretodo, compartimos la península Ibérica. Es más, hoy en día, no hay mucha diferencia entre Vila Real de Santo António y Ayamonte, o entre Extramadura y el Alentejo, o entre Bragança y Orense.